Theological Seminary Faith and True

ACERCA DE NOSOTROS

PERSONAL DOCENTE

Dany Padilla

Director Académico

Profesor Cesar Briones

Cesar Briones

MTh. Rector

Juan Valdéz

D.Min en Apologética

Alberto Muriano

MTh. SETECA

Profesor Daniel Calle

Daniel Calle

MDiv. Seminario Southern

Profesor Juan Jose Otero

Juan Jose Otero

MTh. Universidad de Glasgow

Profesor David Aranda

David Aranda

MTh. SETECA

Dany Padilla

Director Académico

Profesor Cesar Briones

Cesar Briones

MTh. Rector Académico

Juan Valdéz

D.Min en Apologética

Profesor Daniel Calle

Daniel Calle

MDiv. Seminario Southern

Alberto Muriano

MTh. SETECA

Profesor Juan Jose Otero

Juan Jose Otero

MTh. Universidad de Glasgow

Profesor David Aranda

David Aranda

MTh. SETECA

DECLARACIÓN DE FÉ

Misión:

  1. Instruir, capacitar y dotar al estudiante y ministro; por medio de una enseñanza biblio teológica, de todo el concejo y verdad de Dios registrada en las Santas Escrituras; dotándolo de herramientas necesarias (como el uso correcto de una buena exegesis y hermenéutica exhaustiva seria y disciplinada) para que pueda ser capaz de lograr una interpretación correcta del texto bíblico para su posterior predicación y enseñanza.

    2Timoteo 2:15 Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.

    1Timoteo 4:13-16   4:13 Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza. 4:14 No descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la imposición de las manos del presbiterio. 4:15 Ocúpate en estas cosas; permanece en ellas, para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos. 4:16 Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren.

  2. Proveemos y dotamos a los estudiantes y ministros de todos los recursos bíblicos y teológicos para su formación y perfección integral como predicadores y maestros bíblicos; para que también de manera subsiguiente puedan perfeccionar y edificar a los a santos de la iglesia local que ministran.

    Efesios 4:12-15  4:12 a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, 4:13 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; 4:14 para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, 4:15 sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo.

  3. Creemos en el llamado y la vocación del ministro; más sin embargo comprendemos que la capacitación y formación del ministro es necesaria e imprescindible para su madurez y ministración eficaz, correcta y fructífera. Por lo cual colaboramos como instrumentos de Dios en el área de formación académica biblio teológica para que el ministro reciba una comprensión clara y completa del propósito de Dios revelado en las Santas Escrituras; que de manera progresiva se ha revelado tanto en el Antiguo y completado en el Nuevo Testamento. Poseer una comprensión correcta y completa de la revelación progresiva de Dios de su propósito eterno en Cristo Jesús es necesaria.

    1Timoteo 3:2-6   3:2 Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar…3:6 no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo.

    2Corintios 3:4-6, 3:4 Y tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios; 3:5 no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios, 3:6 el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, más el espíritu vivifica.

  4. Colaboramos con los ministros en su labor de anuncio, proclamación del Evangelio y enseñanza de Jesucristo como Salvador, Señor y Dios; proveyendo los recursos biblio teológicos con el estudio de una buena y completa Cristología comprendida en nuestra malla curricular.

    Colosenses 1:27-29, 1:27 a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria, 1:28 a quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre; 1:29 para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de él, la cual actúa poderosamente en mí.

Visión:

Alcanzar y colaborar en la formación y capacitación académica biblio teológica de los estudiantes y ministros para su suficiencia y maximización (ministros competentes de Dios) en su labor de ministración en la predicación y enseñanza de las Santas Escrituras con soporte de una correcta y solida Teología Bíblica y Sistemática.

También capacitar, dotar y proveer a todos los estudiantes y ministros con todos los recursos y principios hermenéuticos para que realice una correcta exegesis bíblica y una correcta predicación y enseñanza expositiva del texto bíblico.

Respecto a las Santas Escrituras:

Creemos en la suficiencia, inerrancia e infalible y autoridad de las Santas Escrituras en materia de fe y practica; y se constituye en el único fundamento seguro y estándar para sopesar, corroborar y discernir la revelación progresiva dada por Dios. La única autoridad rectora, formativa y determinante de la Iglesia en su fe doctrinal y ministerial. (“Sola Scriptura”). 
Enseñamos que todas las Escrituras fueron inspiradas por Dios (2 Pedro 1:20-21; 2 Timoteo 3:16). Cada autor fue movido y dirigido por el Espíritu Santo (preservando sus personalidades y estilos diferentes) para escribir la Palabra de Dios, de tal forma que no contienen error alguno en la revelación original dada por Él.

Respecto a Dios:

Creemos y enseñamos a “Un Solo Dios” (Deuteronomio 6:4), quien es eterno e inmortal (1Timoteo 1:17), Creador y Soberano sobre todo el universo, que orquesta activa o pasivamente todo cuanto ocurre (Lamentaciones 3:37-38). Dios existe en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo (Mateo 28:19; 2 Corintios 13:13-14). Cada una de estas tres personas divinas merece la misma adoración y obediencia.

  • Jesucristo es el único Hijo de Dios, en su encarnación fue concebido por el Espíritu Santo y nacido de María, la virgen. Él tiene igualdad y co-eternidad con el Padre (Filipenses 2:6-7). Durante su misión en la tierra se hizo semejante a los hombres, siendo al mismo tiempo verdadero hombre y verdadero Dios. Jesucristo es el agente de la creación, ya que todas las cosas fueron creadas por Él, por medio de Él y para Él (Colosenses 1:16). Jesucristo murió en la cruz por nuestros pecados (Romanos 5:8) y Él es el único agente de reconciliación entre Dios y el hombre (1 Timoteo 2:5; Hechos 4:12). Después de su muerte, resucitó corporalmente de entre los muertos y ascendió al cielo, pasando a ser nuestro Sumo Sacerdote e intercesor, sentado a la diestra de Dios Padre (Hebreos 4:14; 8:1-2; Romanos 8:34).
  • Espíritu Santo es la tercera persona de la Trinidad, a través de la cual somos regenerados, nacidos de nuevo (Juan 3:5-8). Es este mismo Espíritu Santo quien ha sido enviado a convencer al mundo de pecado, de justicia y de juicio (Juan 16:7-8). Habita en el interior de cada creyente nacido de Dios (Romanos 8:11). Él se encarga también de fortalecernos con poder (Hechos 1:8, Efesios 3:16) y guiarnos a toda verdad (Juan 16:13). Él glorifica a Jesucristo (Juan 16:14), puesto que nunca busca glorificarse así mismo. El Espíritu Santo, junto con Cristo, distribuye los dones a cada creyente (1 Corintios 12:4-7,11; Efesios 4:11), con el fin de glorificar a Jesucristo y fortalecer el cuerpo de Cristo, es decir, su Iglesia.

Respecto al Hombre:

Creemos y Enseñamos que el hombre fue creado por Dios, a su imagen y semejanza (Génesis 1:27), lo que implica que el hombre es un ser moral con capacidad para pensar, sentir y con una voluntad propia. Dios creó al hombre sin pecado, en libertad para escoger entre el bien y el mal, pero el hombre pecó por decisión propia, manchando la imagen de Dios y esclavizando su voluntad al pecado (2 Timoteo 2:25-26; Romanos 8:6-7; Romanos 7:14; Juan 8:34,36) y está muerto en delitos y pecados (Efesios 2:1, Romanos 3:23). Por lo cual está destinado a condenación eterna (Romanos 5:12-18, 6:23) a menos que sea regenerado por el Espíritu Santo.

Respecto a la Salvación del Mundo:

Creemos y enseñamos que la salvación es un regalo de Dios, obtenida por gracia solamente (“Sola Gratia”), a través de la fe solamente (“Sola Fide”) (Efesios 2:8-9), en Cristo solamente (“Solus Christus”) (2 Timoteo 1:9), por la voluntad soberana de Dios solamente y para la Gloria de Dios solamente (“Soli Deo Gloria”) (Efesios 1:4-6; Juan 1:12-13; 6:44; Romanos 9). Creemos que Dios,  nos escogió en Él antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin manchas delante de él. En amor nos predestinó para adopción como hijos para sí mediante Jesucristo, conforme al beneplácito de Su voluntad para la alabanza de la Gloria de su gracia que gratuitamente ha impartido sobre nosotros en el amado (Efesios 1:4-6).

Aunque la salvación es una decisión divina que depende de la gracia soberana de Dios solamente, la Palabra enseña que el hombre es responsable de sus acciones (Juan 3: 36; Santiago 1:13-14).

Enseñamos que sin el derramamiento de sangre no hay remisión de pecados (Hebreos 9:14,22) y solamente el sacrificio de Cristo en la cruz cualifica para el perdón de nuestros pecados (1 Corintios 6:20, Colosenses 1:14). De esa forma pasamos de la esclavitud a la libertad, de la oscuridad a la luz y de la muerte a la vida (Efesios 2:1-6, Colosenses 1:12-14).

Respecto a la Iglesia:

Enseñamos que todo aquel que ha puesto su fe en Jesucristo como Señor y Salvador; y nacido de Dios, a través del Espíritu Santo, forma parte de la Iglesia universal. Esta Iglesia es el cuerpo de Cristo y por tanto ella no puede ser separada del Señor. (Efesios 1:22-23; 5:23 y Colosenses 1:24). Todos los creyentes deben participar activamente en la vida de la Iglesia (Hebreos 10:25).

La autoridad y cabeza suprema de la Iglesia es Cristo (1 Corintios 11:3; Efesios 1:22). Que Dios dispuso de líderes en la Iglesia para guiar y gobernar su pueblo. Estos líderes no se hacen, sino que son reconocidos por la iglesia en la medida en que el Espíritu de Dios los hace surgir. Los ancianos son los líderes espirituales de la congregación y los diáconos tienen a su cargo la parte administrativa y organizativa de la iglesia. El cuerpo de ancianos y pastores funciona encabezado por el pastor titular de la iglesia. Los líderes tienen que llenar los requisitos bíblicos que aparecen en 1 Timoteo 3:1-13; Tito 1:5-9; 1 Pedro 5:1-5. La congregación debe someterse a su liderazgo como enseña la Palabra de Dios (Hebreos 13:7, 17).

Enseñamos que la Iglesia ha sido llamada a ser santa y sin mancha (Colosenses 1:22) y a esta Iglesia se la ha dado la responsabilidad de proclamar la obra de redención (Mt.28:19-20, Marcos 16:15) y de dar a conocer la sabiduría de Dios (Efesios 3:10-11).

Respecto a las Ordenanzas:

Enseñamos que a la iglesia se le han dado dos ordenanzas.

La primera la Cena del Señor – partimiento del pan. Nuestro Señor Jesucristo instituyó la Comunión en su última cena con los discípulos, (Mateo 26:26-30) para que fuese celebrada por creyentes solamente de una manera regular como un recordatorio de lo que Él hizo por nosotros en el calvario, que lo hagamos en memoria de Cristo. (Lucas 22:19-20; 1 Corintios 11:26).

La segunda ordenanza es el Bautismo por inmersión, que practicamos después de haber creído en Cristo como Señor y Salvador, como una representación de nuestra unión con Él, al morir al pecado y al resucitar a una nueva vida. Cada creyente debe ser bautizado voluntariamente como testimonio público de su fe en Cristo y no como vía de salvación (Mateo 28:19; Efesios 2: 8-9).

Sobre los Últimos Tiempos:

Enseñamos el retorno inminente de nuestro Señor Jesucristo (Mateo 24:42-44). El arrebatamiento de la iglesia parece ser el próximo evento profético a cumplirse antes de iniciarse el período de la tribulación, el cual tendrá una duración de siete años (Daniel 9:24-27; 12:11; Apocalipsis 11:2-3; 12:6; 13:5). Este período de tribulación será seguido por el reino del milenio en la tierra, donde Cristo reinará (Apocalipsis 20:1-4).

Enseñamos la resurrección del cuerpo de todos los creyentes justificados y de los no creyentes  e impíos al final de los tiempos (Hechos 24:15); los primeros (antes del milenio) heredarán la vida eterna y los últimos(después del milenio) frente al gran trono serán juzgados y condenados y sufrirán tormento eterno en el lago de fuego. (Mateo 25:31-46, Apocalipsis 20:15)

Apocalipsis 20:5-6, 12,15  20:5 Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección. 20:6 Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años. 20:12 Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. 20:15 Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.

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